Las palabras tienen un significado, pero es más que
evidente que éste puede ser desvirtuado por el tiempo y por las personas. En el
caso del folklore es un hecho. Particular
y personalmente, antes de estudiar este fenómeno si me preguntasen qué es el folklore contestaría que es un tipo de
baile, música o ropa, y es que hasta que no nos surge la necesidad, hay veces
que no sentimos curiosidad ni inquietud por conocer.
Hemos tratado las versiones y adaptaciones de las obras
literarias, pero realmente las versiones las hacemos a diario de todo aquello
que nos rodea, ya que hay tantas versiones como emisores y receptores.
Las necesidades evolucionan junto al ser humanos, pero lo
que es perpetuo son las ganas de algunos por expresar. Mientras el qué
expresamos puede ser algo volátil, gracias a la literatura y el folklore, el ser
humano ha hecho que la cultura permanezca al paso del tiempo, teniendo la
capacidad de hacer de una historia, varias.
Entonces, teniendo y comparando el folklore actual y el
pasado me replanteo lo siguiente: el ser humano ha cambiado en apariencia, necesidades,
profesiones, hemos creado de nuestro espacio algo inimaginable hace siglos,
pero… ¿no es curioso cómo la esencia de lo que sentimos, expresamos y
percibimos sigue intacta entre los enamorados de antes y los de ahora, los
aventureros de antes y los de ahora y los mártires de antes y ahora? ¿Es por
tanto la literatura y el folklore una manera de no renunciar a esa característica
especial que nos define al ser humano? El arte es abstracto y… que cada uno
interprete lo que quiera, le haga sentir mejor persona y haga de ellos un ser
humano feliz.
Bien, pero añade algún parrafito desde tu punto de vista de maestra. ¿Qué papel debe tener el folclore en el aula? ¿Y tú como transmisora de una cultura milenaria? ¿Qué pueden enseñar los textos folclóricos a los niños? ...
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